viernes, 7 de octubre de 2016

Síndrome de abstinencia

 

Trate de pensar en un buen tema para hablar hoy, pero lo cierto es que mi estado de ánimo no me ayuda mucho, ya saben, a veces resulta un poco difícil mantenerse en una pieza.
Tengo sueño y un toque de melancolía, es porque extraño… que bonita palabra “extrañar” que bonito verbo… “Yo extraño, Tú Extrañas, Nosotros Extrañamos”
Es como si de repente te amoldaras a algo o a alguien, como si todo el cuerpo o toda el aura se volviera una amalgama que encaja bien en un armazón de huesos ajeno.
Pero pasa que el tiempo transcurre tan deprisa que en un abrir y cerrar de ojos te ves diciendo “hasta luego” sin oportunidad de reaccionar, sin oportunidad de rasguñar las muecas o el parpadeo de unos ojos, pasan unas horas; te sientes tranquilo (a) esta vez seguro sobrevives al fin del mundo, ríes porque sabes que todo irá bien… pero es falso, así que te empieza a hacer falta y te duele el pecho y te pesan los hombros, tienes sed, tienes hambre, tienes frío y te tiemblan las manos que ahora están solitas. Pones mil canciones distintas, las duchas en la regadera se hacen eternas, un cigarro o dos anda destapa otra lata de cerveza, mejor tres. Te extraño, te extraño, te extraño y nos extraño y también lo hacen las calles del centro y el metro y ni hablar de la lluvia que caerá. Pero me tiemblan las manos y quiero salir a buscarte incluso aunque no te encuentre, sufro de síndrome de abstinencia y en el cliché más burdo te miro como una droga dura, como una copa de vodka.
Te extraño, nos extraño, me extraño contigo.
Ven a lo que me refiero, empecé a hablar desde lo particular y termine poniendo nombre y apellido a este escrito, es que el corazón no coopera.
Conjuguen el verbo extrañar tantas veces hasta que no lloren al hacerlo.

 

  lachicadeadamantium
 https://amnesiayfuga.wordpress.com/2016/10/03/sindrome-de-abstinencia/

 

 

 

 

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